La acción represiva de los cuerpos de seguridad del Estado venezolano, representados por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y las policías estadales, ha escalado niveles de violencia inimaginables que ya no sólo se expresan en las calles del país sino que se han colado en los recintos universitarios, quebrantando su autonomía y trayendo consigo la muerte de jóvenes estudiantes en sus pasillos. Tal es el caso de Augusto Pugas, quien el 24 de mayo de los corrientes, recibió un disparo en la cabeza presuntamente de parte de funcionarios de la GNB que irrumpieron arbitrariamente en las instalaciones de un Decanato de la Universidad de Oriente (UDO) en su sede en Ciudad Bolívar al sur de Venezuela, hecho en el cual resultaron heridas de bala 4 personas y se reportan 2 desaparecidos que se cree fueron aprehendidos por las fuerzas de seguridad del Estado pero de quienes no se tienen más detalles sobre su paradero desde el día del suceso.

Vale acotar que según testigos, durante los sucesos descritos los organismos de seguridad obstaculizaron los accesos a la UDO, impidiendo el traslado de los heridos, por lo que tuvieron que ser evacuados a través del escalamiento de paredes y muros con ayuda de otros estudiantes para ser trasladados a los centros de salud.

Asimismo, en dias pasados (18/05/2017), la UDO Cumaná también fue escenario de hechos violentos cuando grupos irregulares y la GNB atacaron una protesta estudiantil que se desarrollaba en las afueras de sus instalaciones, resultando 4 jóvenes detenidos aprehendidos dentro del campus universitario. De forma similar, un día antes (17/05/2017) la GNB atacó con armas de fuego a estudiantes de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) Núcleo Aragua dentro del recinto, resultando heridos de bala 6 de ellos; mientras que en Caracas, durante una protesta pacífica en la entrada de la Universidad Central de Venezuela, un vehículo antidisturbios (comúnmente denominado Rinoceronte) de la GNB conducido de forma imprudente (irrespetó un semáforo en luz roja) impactó a un vehículo particular ocupado por estudiantes que resultaron heridos y trasladados a centros asistenciales cercanos, cuando intentaba dispersar a los manifestantes.

Estos sucesos no son más que una muestra de la actuación desmedida y uso excesivo de la fuerza que han desplegado los agentes de seguridad estatales contra las protestas protagonizadas por estudiantes, e igualmente evidencian la intervención reiterada de grupos irregulares que atacan a manifestantes pero que no son replegados por la GNB, ni por la PNB ni por las policías estadales, sino que parecieran actuar en la más absoluta impunidad adjudicándose facultades de detención arbitraria de personas que luego son entregadas a las autoridades competentes.

Cabe destacar que en torno a estas acciones, los funcionarios han irrespetado de forma flagrante, pública y notoria la autonomía universitaria, un principio constitucional que limita el acceso de las fuerzas de seguridad a las instalaciones de las instituciones de educación superior, llevando a cabo actos violentos que han enlutado a las casas de estudio de todo el país. Por último, es de hacer notar que sólo han sido presentados ante los tribunales de justicia quienes presuntamente irrumpieron con armas de fuego en la sede de la UPEL-Aragua, pero aún no se determinan los responsables de los demás sucesos.