Los efectos de la represión en los andes venezolanos #15Mayo

***El ejercicio del derecho legítimo a la protesta pacífica es el mecanismo por excelencia que ha elegido la colectividad a nivel nacional en las últimas semanas, para expresar su descontento frente a las diversas propuestas gubernamentales que no se enmarcan en el ordenamiento jurídico venezolano***

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Frente a ello, la respuesta de los órganos de seguridad del Estado ha sido atroz: sólo el día de ayer (15/05/2017), en la ciudad de Mérida, se registraron al menos 5 detenciones arbitrarias dentro de las que cuenta la de un menor de edad y la del Bachiller Carlos Ramírez, mejor conocido como “Pancho”, dirigente estudiantil del movimiento Trece de Marzo de la Universidad de Los Andes del cual hasta este momento se desconoce su paradero, por lo que sus familiares y abogados no han tenido acceso a su persona desde la mañana de ayer cuando fue detenido por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en las inmediaciones de la Avenida Las Américas de la entidad.

Vale destacar que los demás detenidos fueron liberados en el transcurso del día de ayer, lo que demuestra que las autoridades policiales parecen estar practicando una especie de patrón de amedrentamiento a los jóvenes que protestan, a través del empleo de detenciones “express” que no gozan de ningún fundamento legal ni constitucional. Aunado a ello, la reacción desmedida de los funcionarios en áreas residenciales por medio del empleo de tanquetas, arrojó al menos una decena de heridos algunos de los cuales presentaron lesiones considerables por el uso de bombas lacrimógenas como proyectiles dirigidos al rostro, lo que también forma parte de la acción represiva tanto de la Policía Nacional Bolivariana y la Policía del Estado Mérida como de la GNB, consistente en generar heridas graves a los manifestantes más allá de persuadirlos para que cesen la protesta.

Bachiller Carlos Ramírez, Dirigente estudiantil del movimiento Trece de Marzo ULA. Actualmente se desconoce su paradero luego de haber sido detenido por la GNB en la mañana del 15 de mayo de 2017

En otras zonas del Estado Mérida como Ejido, Municipio Campo Elías, fue herido un menor de edad quien recibió un proyectil en uno de sus pulmones; mientras que en Tabay, Municipio Santos Marquina, se reportaron algunos lesionados por perdigones y bombas lacrimógenas. De igual manera, en zonas urbanas y rurales donde tradicionalmente se apoyó la ideología política oficial y/o no habían participado de la protesta (Santa Cruz de Mora, Tovar, Pueblo Llano, Mucuchíes, El Vigía, entre otros), el día de ayer los habitantes alzaron sus voces en reclamo no sólo por la difícil situación actual sino también contra la represión que los órganos de seguridad han ejecutado a lo largo y ancho del país. Con saldo aún más lamentable destaca el Estado Táchira, específicamente Palmira y Capacho donde resultaron 2 personas muertas, una de ellas menor de edad, por impactos de arma de fuego y más de 180 heridos por perdigones y bombas lacrimógenas, incluyendo esta cifra a habitantes del pueblo de Colón.

Finalmente, es menester destacar que la característica común de todos estos eventos radica en el uso de civiles armados por parte de la GNB a modo de escudos; el amedrentamiento constante en zonas residenciales a través del empleo excesivo de bombas lacrimógenas en horas nocturnas y el tránsito de tanquetas; disparos de armas de fuego y perdigones a la cara, ojos y cabeza, que en su mayoría han resultado mortales; así como también numerosos enfrentamientos entre civiles armados y/o GNB o Policía; todo lo cual da cuenta de la exacerbada acción de los organismos de seguridad del Estado contra las protestas pacíficas desarrolladas en Los Andes venezolanos, cuya similitud con los hechos acaecidos en otras ciudades del país como Caracas, Valencia, Maracaibo y Barquisimeto es innegable, de allí que se reafirme la hipótesis de la práctica de un modelo represivo que ya ha cobrado la vida de alrededor de 50 personas en todo el territorio nacional.

 

English version

The effects of repression in the Venezuelan Andes

The exercise of the legitimate right to pacific protest is the mechanism par excellence who has chosen the community at the national level in recent weeks, to express its discontent with the various proposed Government which do not fall within the Venezuelan legal system. In response, the actions of State security bodies has been atrocious: only yesterday, in Merida, there were at least 5 arbitrary detentions within which has a minor and the Bachelor Carlos Ramirez, better known as “Pancho”, a student leader of the Universidad de Los Andes, of which up to this time his whereabouts unknown , by which relatives and lawyers have had no access to his person since yesterday morning when he was arrested by the Bolivarian National Guard (BNG) close to Las Americas Avenue in the city.

Other detainees were released over the course of yesterday, which shows that law enforcement officials seem to be practicing a kind of pattern of intimidation to youngsters who protest, through the use of ‘express’ arrests which do not enjoy legal or constitutional basis. In addition to this, the disproportionate reaction of officials in residential areas by using tanks, threw at least one dozen of injured people, some of whom showed considerable injury by the use of tear gas as projectiles aimed at the face, which also forms part of the repressive action of the Bolivarian National Police, the Police of Mérida State and the BNG, defined by generating serious injuries to the protesters more than persuade them to cease.

In other areas of Mérida State as Ejido, Campo Elías municipality, was wounded a child who received a shot in one of his lungs; while in Tabay, municipality Santos Marquina, reported some injured by buckshot and teargas. Similarly, in urban and rural areas where traditionally supported the official political ideology or had not participated in protest (Santa Cruz de Mora, Tovar, Pueblo Llano, Mucuchíes, El Vigía, among others), yesterday residents raised their voices to demand not only for their current crisis, but also against the repression that security organs have run the length and breadth of the country. With even more regrettable balance, in Táchira State specifically Palmira and Capacho where were 2 people dead, one of them was a minor, by impacts from gun fire and more than 180 injured by buckshot and teargas bombs, including this figure to inhabitants of the town of Colón.

Finally, it is necessary to highlight that the common feature of all these events lies in the use of civilians by the BNG as a shield; attacks in residential areas through the excessive use of tear gas canisters at night and transit tanks; shooting of firearms and shot to the face, eyes and head, which have mostly been mortal; as well as numerous clashes between civilians and/or BNG or police; all of which gives an account of the exacerbated action of the security agencies of the State against peaceful protests developed in the Venezuelan Andes, whose similarity to the events that took place in other cities in the country such as Caracas, Valencia, Maracaibo and Barquisimeto is undeniable, which reaffirm the hypothesis of the practice of a repressive model that has already claimed the lives of around 50 people in the whole country.